domingo, 19 de octubre de 2008

El interior, Marín Caparrós

El interior

Misiones

En su viaje a lo largo de Misiones, Martín Caparrós retrata en orden cronológico aquellas vivencias que recoje a bordo de su “erre”, haciendo una descripción minuciosa de cómo afectan los cambios de clima, de las imagenes que recibe mientras avanza ruta arriba, de los colores de esta vasta provincia, que va descubriendo a medida que descubre también las historias escondidas en medio de la selva misionera, la costumbre matera casi perdida, que renació y comenzó un proceso de crecimiento sostenido en los ultimos tiempos. Historias de empresarios que explotan a sus trabajadores, de pobladores que padecen enfermedades a raíz de inmensas papeleras que dicen cuidar el medio ambiente, de niñas que son obligadas a prostituirse en una ciudad fronteriza, de familias que toman la decisión de vender a sus hijos por no poder mantenerlos, de maestras mal pagas, de contrabando, trabajo aborígen y otras miserias que aquejan a quienes sobreviven en las tierras coloradas.
Niños que hablan castellano, portugués y guaraní, gauchos con machete y familias enteras que subsisten gracias a las plantaciones de yerba son los protagonistas de esta crónica en la que el autor recorre la ruta 14 en busca de testimonios con los que pueda recrear aquellos acontecimientos que influyeron y actualmente influyen en la vida cotidiana de quienes habitan este suelo norteño.
Tuve la posiblidad de conocer esta hermosa provincia, en reiterados viajes durante mi adolescencia, y pude comprobar, como dice Caparrós, que estas tierras virgenes, casi sin explotación turística (a excepción de las Ruinas de San Ignacio y las Cataratas del Iguazú, por su belleza natural, y la Triple Frontera, que linda con Ciuudad del Este, por su universo trucho y sobre todo barato) representa mucho más que la yerba mate y la madera cara. No sólo es una tierra donde se ha perdido la posibilidad de creer en un futuro próspero. Es también una provincia llena de riquezas naturales que podrían ser explotadas sanamente, dando trabajo digno a los misioneros que no emigraron por amor a su tierra.

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