miércoles, 12 de noviembre de 2008

Nota de lector: "Un día perfecto para el pez banana" J. D. Salinger

A través de este relato de Salinger, el lector puede configurar en su mente la personalidad de los personajes y los conflictos que atraviesan a partir de los distintos diálogos que se desarrollan en el cuento. Una madre asustada por el destino de su hija, Muriel, de viaje con su esposo Seymour, que volvió de la guerra bastante cambiado y con los problemas que esto acarrea.

La precencia de un psiquiatra da cuenta de las secuelas que la guerra dejó en la mente del esposo de Muriel, y que podrían llegar a manifestarse de un modo peligroso, poniendo en riesgo su vida.

El episodio con la niña en la playa resulta confuso y atemorizante a la vez. Un diálogo sin mucho sentido entre Seymour y una niña desprotejida por su madre, a quién no le preocupa que su hijita hable con un desconocido y vaya al mar con él. Esta figura aparece en contraposición con la madre de Muriel, quien todo el tiempo indaga acerca de las posibilidades de que algo malo ocurra y trata de convencer a su hija para que regrese con cualquier excusa. La atemoriza saber que esta lejos con un hombre que pueda cometer alguna locura. Seymour se pone al mismo nivel conversacional de la niña, y se produce un intercambio de palabras que mezclan la inocencia de la nena con la locura de Seymour.

El final resulta inprevisible teniendo en cuenta los antecedentes psiquicos de Seymour. Todo parece indicar que asesinará a su esposa pero finalmente termina suicidándose: “Echó una ojeada a la chica que dormía en una de las camas gemelas. [...]Después fue hasta una de las maletas, la abrió y extrajo una automática de debajo de un montón de calzoncillos y camisetas [...] Sacó el cargador, lo examinó y volvió a colocarlo. Quitó el seguro. Después se sentó en la cama desocupada, miró a la chica, apuntó con la pistola y se disparó un tiro en la sien derecha”

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